Un estudio publicado en Plos ONE, difundido por Europa Press, determinó que los cambios a gran escala en la tecnología agrícola y en el sistema alimentario mundial podrían disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, incluso logrando que sean netas negativas para la mitad de este siglo.
Maya Almaraz, de la Universidad de Princeton, y Benjamin Houlton, de la Universidad de Cornell, los dos líderes del proyecto de escala internacional, determinaron que la tecnología y la gestión agrícola ayudarán no solo a ponerle un freno al crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también a eliminarlas por completo.
La principal tesis de la investigación consiste en que se generarían emisiones netas negativas, esto quiere decir que se reducirían más los gases de los efectos invernaderos de los que se agregan a través de los sistemas alimentarios.
Las bases del estudio de las emisiones de gases de efecto invernadero
“Nuestro estudio reconoce que el sistema alimentario es una de las armas más poderosas en la batalla contra el cambio climático”, explicó Houlton. “Tenemos que ir más allá del pensamiento de la bala de plata y probar, verificar y ampliar rápidamente las soluciones locales aprovechando los incentivos basados en el mercado», continuó.
De acuerdo a lo que detallaron en el documento, en todo el mundo, las redes de sistema alimentario producen cada año entre el 21 y el 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global.
Esta cifra es altísima si se tiene en consideración que, al aumentar la población mundial, estimando los 10 billones de habitantes para mitad de siglo, las emisiones podrían aumentar hasta el 50% y el 80% para el 2050.
“Nuestro estudio examina tanto el cambio dietético como las tecnologías agrícolas, como diversas opciones para reducir drásticamente las emisiones. Esto incluye un análisis del secuestro de carbono”, explicó Almaraz.
La propuesta a futuro
Para continuar con su investigación, los científicos abarcaron una amplia serie de modelos tecnológicos. Uno de ellos les permitió demostrar que el método más efectivo para reducir las emisiones es modificar los suelos para los cultivos, promover la agrosilvicultura y la utilización de fertilizantes impulsados por hidrógeno y llevar a cabo prácticas sostenibles de la recolección de marisco.
Solo por dar un ejemplo, mediante la agrosilvicultura sería posible eliminar 10.700 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono. Esto se debe a que con la plantación de árboles en tierras fértiles no utilizadas, se pueden retener 10.300 millones de toneladas métricas de carbono en doce meses.
Por último, una de las observaciones del científico fue que si la gente puede alterar su dieta sería un gran agregado. Sin embargo, aclaró: “Para conseguir que el mundo alcance una emisión neta negativa de gases de efecto invernadero necesitamos apoyarnos en gran medida en la tecnología agrícola y las técnicas de gestión”.