Esta iniciativa de la Subsecretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional, tiene por objetivo la implementación de modelos de aprovechamiento térmico a partir de biomasa seca residual local como fuente de energía renovable.
El pasado martes, en el Boletín Oficial se publicó la resolución n° 276/2023, donde la subsecretaría que depende de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, anunció la creación de este nuevo programa, cuya finalidad es mejorar la calidad de vida de la población, generando desarrollo endógeno y federal. Para esto, el programa propuesto se ejecutará en base a cuatro líneas consideradas como estratégicas: relevamiento, análisis y evaluación del sector bioenergético local; sensibilización, formación y capacitación técnica; procesamiento y acopio de la biomasa seca y por último, acompañamiento a proyectos locales.
El texto publicado en el BO especifica que los beneficiarios del programa serán los municipios seleccionados, micro, pequeñas y medianas empresas radicadas en Argentina, cooperativas locales y entidades públicas, cuyas actividades estén abocadas al desarrollo de bioenergía. La resolución dicta que: “la biomasa es una de las fuentes más confiables de las energías alternativas, ya que es versátil y almecenable y la utilización sostenible de la biomasa residual para energía constituye una estrategia concreta para evitar los impactos negativos generados por el manejo inadecuado de la misma”.
Hoy en día, las fuentes de biomasa representan alrededor del 6% de la oferta primaria de energía en el país, cifra que, según los expertos, puede ser incluso superior. El documento oficial subraya que: “siendo que en todas las regiones del país se cuenta con una gran disponibilidad de recursos biomásicos residuales que podrían favorecer la diversificación de la matriz energética. A su vez, en la actualidad la utilización de biomasa seca se encuentra en expansión principalmente en sistemas térmicos, con niveles de eficiencia y automatismo equiparables a los obtenidos con combustibles fósiles”.
La mayor parte de la oferta de biomasa seca proviene de residuos o subproductos de actividades agroindustriales, por lo que su aprovechamiento permite cerrar ciclos productivos con externalidades positivas, promoviendo a su vez la seguridad energética local. De esta forma, el gobierno apunta a la mitigación de problemas ambientales y a la generación de empleo verde genuino y sostenible.
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