Sealed Air, empresa líder en soluciones de envasado de alimentos y comprometida con la sustentabilidad, señala cuáles serán las tendencias sustentables para el 2023.
La firma reconoce que uno de los principales desafíos de la industria alimentaria es la cada vez mayor necesidad de envasados sustentables, y para lograr dicho objetivo, la tecnología tiene un papel fundamental, ya que permite una mayor automatización de los procesos, una reducción de la cantidad de material empleado y el desarrollo de materiales con propiedades cada vez más avanzadas.
Caio Prado, líder de sustentabilidad y asuntos regulatorios de Sealed Air expresó: “No se trata únicamente de buscar soluciones más amigables con el medio ambiente, sino de extender la vida útil de los alimentos, reducir el desperdicio y optimizar el uso de todos los recursos invertidos en la producción de los envases”. Este experto enumeró las cuatro tendencias que actualmente se están observando en la industria del empaque y cuáles son los beneficios que representan en términos de sustentabilidad.
1- Envases diseñados para reciclar (Recycle-Ready)
Esta tendencia es imprescindible para garantizar un futuro más sustentable. Los materiales empleados son 100% compatibles con los flujos de reciclaje y proporcionan una barrera de protección para aumentar el rendimiento del producto.
2- Automatización de los procesos de empaque
Esta tendencia apunta a reducir el desperdicio de material: los equipamientos de última generación son capaces de optimizar el uso del material de empaque, asegurando que solo se aplique la cantidad necesaria de recursos.
3- Aumento del contenido de fuentes recicladas o renovables en los empaques
Sealed Air tiene el objetivo de lograr que sus soluciones de empaque sean 100% reciclables y producidas con, en promedio, un 50% de material reciclado o renovable. Esto ayudaría a reducir el impacto ambiental de manera directa.
4- Envases inteligentes (SmartPackages)
Este tipo de envases pueden satisfacer las necesidades operativas, de marketing y de marca, conectando a los consumidores con los fabricantes y a los minoristas con los procesadores. Es una tendencia que apunta a crear transparencia por medio de datos y análisis, y a mejorar la reputación de las marcas a través de enfoques de consumo personalizado. Es fundamental para que las empresas maximicen sus ventas pero también para garantizar sustentabilidad en la cadena productiva.