La sequía que afectó de forma considerable al país durante el primer semestre del año continúa generando grandes estragos en el campo. Según La Sociedad Rural Argentina (SRA), el fenómeno climático causó pérdidas de más de 3000 millones de dólares en la ganadería. Este número es mucho mayor si se suman los problemas en la agricultura.
Como consecuencia de la sequía, se estima que la mortandad de los animales subió hasta un 40% respecto a otros años, se vendieron 20 kilos menos de peso por ternero, cayó el peso de faena de 10 kg por bovinos y se produjo una liquidación forzada de 500 mil vacas.
En un informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE), que pertenece a la SRA, los investigadores determinaron que desde octubre de 2022 hasta agosto “el 55% del territorio argentino estuvo alcanzado por el déficit hídrico”. “Febrero fue el mes más afectado; un fenómeno climático que continúa hasta estos días”, añadieron.
Carlos Odriozola, coordinador de la comisión de carnes de la SRA, aseguró que los productores estaban atravesando “la peor sequía de los últimos 70 años en un contexto macroeconómico altamente inestable y como si estuviéramos en un año normal”. En este sentido, consideró: “Forzosamente vendimos mal y con precios retrasados, encarando esta nueva zafra sin capital de trabajo”.
Los números del informe de la Rural sobre la sequía
La entidad calculó que las pérdidas por venta forzada de vacas fue de USD 61 millones, por menos kilos producidos de USD 226 millones, por menos terneros USD 695 millones, por mortandad USD 345 millones, en la caída de preñez unos USD 663 millones y por problemas en las inversiones de verdeos USD 930 millones.
“El 73% del stock bovino se ubica en las provincias productivas en donde más afectó la sequía: Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Corrientes”, explicaron en el documento. Sobre este punto, revelaron que “el promedio de afectación durante estos 10 meses fue del 32%, con picos del 45% y actualmente el 18% de los animales permanecen en este estado”.
El estudio también determinó que se registraron 8,5 millones de cabezas faenadas, lo que significa que es el monto más alto desde 2009 y el segundo mayor de este siglo. Hace poco más de 13 años, otra gran sequía azotó el campo y generó consecuencias similares.
Para concluir, sobre la faena determinaron que se “cayó el peso medio y aumentaron las hembras. De cara al futuro, se dará una caída de los terneros disponibles para 2024 por preñez (entre 1,3 y 1,6 millones menos)”. Este último dato es el más preocupante de todos porque puede ser muy perjudicial para la producción del año que viene.