De acuerdo a los datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), la producción de leche nacional en octubre se estimó en 1.066 millones de litros, lo que equivale a una contracción interanual del 4,3%. Esto representa la peor caída registrada desde 2019.
Octubre, que suele ser muy productivo para la leche, obtuvo el peor desempeño mensual en los últimos cuatro años. De hecho, generalmente los números aumentan luego de septiembre entre el 1% y el 2%, algo que no sucedió ya que se produjo un descenso del 0,2%.
Qué ocurrió con la leche
El retroceso que perjudicó a los productores locales tiene una causa principal: la devastadora sequía que afectó a todo el agro nacional durante el primer semestre de 2023. La falta de lluvias, que se prolongó durante gran parte del año, impactó negativamente en la disponibilidad de varios recursos, principalmente de pasturas, pero también de verdeos y reservas forrajeras.
Entre otras cuestiones, en el escrito también se mencionaron problemas económicos, cuya razón principal está marcada por las relaciones desfavorables entre el precio de la leche y el valor de otros insumos esenciales.
Según el análisis realizado por la entidad especializada, el panorama no será nada positivo para los próximos meses: “Seguramente que la producción para los meses que restan del año, se mantenga con tasas interanuales negativas respecto al año anterior (entre 5 y 7%), arrojando un acumulado anual de -2% respecto al año 2022”.
En este sentido, cabe destacar que el verano es la peor etapa para la leche. Las tendencias demuestran que, finalizada esta época, los números ascienden gradualmente. “Como es habitual, la producción desde el pico de máxima en octubre, cae a una tasa del 5% mensual hasta marzo/abril, donde luego comienza un nuevo repunte hacia octubre”, sostuvieron en el informe.
Esto es importante porque, al registrar un mes negativo en el que la producción suele aumentar significativamente, las cifras correspondientes al 2023 cayeron de manera abrupta. De hecho, desde enero a octubre, por problemas económicos y climáticos, se estimó un descenso del 1,2% interanual con respecto al 2022.
Qué ocurrió con los lácteos
Además de la leche, el Observatorio también realizó un estudio que abarcó todos los productos que forman parte de la cadena que integran. En función de contrarrestar los datos de la bebida analizada, se examinó la evolución de lo se conoce como “sólidos útiles”, una categoría integrada por la proteína y la grasa butirosa.
Acerca de este punto, desde enero a octubre de este año, se registraron descensos del 1,4% en este índice, 0,2 puntos porcentuales por encima de la producción general. Esto significa que hubo una pequeña disminución en los contenidos sólidos que forman parte de la leche.