En los últimos años, la ganadería regenerativa se constituyó como una de las alternativas sustentables más populares en el campo. Más allá de que uno de sus máximos objetivos sea contribuir al medioambiente y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, esto no significa que la productividad sea menor.
De hecho, los beneficios de la ganadería regenerativa son múltiples, desde el aspecto ecológico hasta el financiero, ya que hoy en día cada vez se le otorga una mayor importancia a las prácticas que garantizan la sustentabilidad. Por esta razón, aquí te presentamos un listado con algunas de sus ventajas esenciales.
Cuáles son los 5 máximos beneficios de la ganadería regenerativa
Mejora el estado del suelo
Una de sus características esenciales es que, como se trata de sistemas que se regeneran, contribuyen a que se acumule materia orgánica en los suelos, una condición esencial para garantizar la fertilidad de la tierra. Además, esto también provoca que exista una mayor retención del agua, un factor vital para ciertas regiones en las que no hay humedad o en las que puede llegar a haber sequía.
Por otra parte, más allá del agua y de la materia orgánica, la ganadería generativa también implica que se realicen prácticas con manejos cuidadosos del terreno, lo que implica que los suelos estén menos erosionados.
Esto es importante también para los campos en los que se trabaja tanto en la ganadería como en la agricultura, ya que la calidad de los suelos es fundamental para el crecimiento y la alimentación de los animales pero también para que los cultivos puedan desarrollarse de manera correcta, con altos rendimientos.
Apertura de nuevos mercados
Otro de los beneficios de la ganadería regenerativa está asociado a la cuestión financiera. Muchos detractores de esta clase de prácticas le adjudican que los montos de la producción se ven muy elevados al intentar aplicar las técnicas, los elementos y los manejos que requieren. Si bien puede elevar los costos, esto trae bastantes ventajas para los trabajadores del sector.
En la actualidad, gracias a que una parte considerable de países está apostando por reducir la emisión de gases de efecto invernadero y a luchar contra el cambio climático, muchos mercados exigen una serie de condiciones a los ganaderos de los que adquieren sus productos, muchas veces vinculado al trabajo con la carne.
Factores como la trazabilidad o contar con certificados de organismos estatales o no gubernamentales que certifiquen que la producción haya sido ecológica y no contaminante se exigen cada vez con mayor frecuencia. De esta manera, aplicar la ganadería regenerativa puede implicar la apertura de nuevos mercados y compradores, ya que se está contribuyendo con esta tendencia global.
Reducción de las emisiones de carbono
Quizás el beneficio más importante de la ganadería regenerativa sea su invaluable contribución a la disminución de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, un apartado vital para quienes deseen reducir la contaminación desde las prácticas en sus campos. De hecho, este fue uno de los temas de discusión más importantes de la última COP 28, la reunión ambiental más importante del planeta.
A través de la ganadería regenerativa se está contribuyendo a almacenar el carbono en el suelo, algo que se produce cuando se incrementa la materia orgánica de la tierra (el primer beneficio de este listado lo explica), se lo captura y luego se queda retenido allí, de modo que se mitiga el efecto sobre el cambio climático.
Además del carbono, también se reducen las emisiones de metano del ganado, que es otro de los gases de efecto invernadero que producen un efecto negativo en la atmósfera y en el que es vital reducir la contaminación.
Una mayor resistencia al cambio climático
Uno de los motivos por los que la actividad del agro se vio perjudicada durante los últimos años fueron los incesantes fenómenos climáticos que disminuyeron los rendimientos de los cultivos o dificultaron el trabajo con los animales. En Argentina, por ejemplo, la sequía provocó estragos en la campaña de soja, maíz y trigo, llevando varios índices a mínimos históricos.
La ganadería regenerativa (así como la agricultura) es una aliada para cuando la temperatura o los fenómenos que son agravados por el cambio climático empiezan a tener una incidencia directa en el trabajo en los campos. De hecho, los sistemas que utilizan estas prácticas son más resistentes a problemas como las sequías o las inundaciones.
En el caso de la sequía, ya se explicó que los suelos son tratados para que tengan una mayor capacidad de retención del agua, de modo que cuando escasea la humedad, la tierra todavía tiene algunas reservas para mantenerse dentro de condiciones aceptables, perjudicando mucho menos la labor de los productores.
Por otra parte, la cobertura vegetal que implica la biodiversidad de plantas también actúa como una capa protectora que contribuye al cuidado de los animales, del suelo y de los cultivos que se encuentran en un campo.
Incremento de la biodiversidad
Más allá de los beneficios directos para el medioambiente que implica la ganadería regenerativa, también trae consigo otras ventajas que ayudan a esta lucha de manera indirecta, ya que estas prácticas contribuyen a que existan una mayor variedad de plantas en los campos.
Este factor es consecuencia de que cuando se están aplicando técnicas de ganadería regenerativa se tiende a rotar los cultivos y a incluir leguminosas en la tierra, de modo que se promueve la existencia de una mayor diversidad de plantas. Cuando esto sucede, una variedad de insectos y de organismos que son beneficiosas para el suelo y el ambiente se sienten atraídos.
De esta manera, los sistemas regenerativos fomentan la creación de hábitats que favorecen la llegada de varios animales, pero también de aves. Además, los animales que conforman el ganado pueden alimentarse de estas plantas, creando un ciclo que se autoabastece a sí mismo.