A pesar de encontrarse en una de las zonas agrícolas más fructíferas, con las tierras más fértiles del país, el productor Gustavo Rosso debió enfrentarse a un problema que afectaba a su soja. Las malezas resistentes, la Sorgo de Alepo y el Yuyo Colorado dominaban las 150 hectáreas que tiene en la provincia de Santa Fe.
La solución que encontró el productor fue sembrar la soja IS 48.2 E, de Semillas Illinois. Esto fue gracias a una recomendación del distribuidor YPF Agro asociado con A. Crosetti SA. El asesoramiento dio los resultados esperados y, este año, Rosso volverá a repetir el proceso.
Cuáles son los beneficios de esta variante de la soja
Esta especie es recomendada para las zonas de alta, media y baja productividad que se dedican exclusivamente a la soja, aunque también se la utiliza en los lugares más fértiles del centro norte de Córdoba y Santa Fe.
Por el lugar de sus hectáreas, entre Las Rosas y Montes de Oca, esta variable resultó ser un hallazgo para su siembra. De hecho, Rosso explicó que el tratamiento de la sorgo de Alepo y el Yuyo Colorado no estaba siendo lo suficientemente efectivo.
La experiencia del productor
Durante el proceso de implantación, la maleza logró escaparse, provocando que el cultivo deba habitar el mismo espacio que la sorgo de Alepo, afectando su desarrollo. “Fue un lote complicado, porque allí no se hacía agricultura desde hacía dos años, por lo cual las malezas eran una verdadera amenaza”, detalló el dueño del campo.
Este fue el motivo por el que implementó la soja de Illinois con tecnología Enlist, ya que tiene la capacidad de crecer en zonas de baja productividad y convivir junto a otros arbustos. De hecho, es un lugar que se caracteriza por sus barbechos con altos niveles de malezas.
“Sembramos otras variedades de grupo similar, pero ninguna tuvo el comportamiento de la IS 48.2 E, y más si se tienen en cuenta las condiciones en las cuales le tocó desarrollarse”, sostuvo sobre las diferencias con otras especies.
Lo que más sorprendió a Rosso fue que las plantó en noviembre del año pasado y sufrieron las consecuencias de la sequía que afectó al país durante el primer semestre del año. Al ser cosechadas en abril de 2023, los resultados fueron mejores de lo esperado. “Hizo picos de 35 quintales por hectárea, en un escenario regional que mostró rendimientos realmente muy inferiores debido a la falta de agua”, remarcó.
Por ahora, sus hectáreas están sembradas con trigo. Cuando llegue el verano, volverá a aplicar la soja Illinois. Esto se debe, determinó, a que le quedó una “semilla con un muy buen poder germinativo, que va de 93% a 94%”.