A pesar de la ya confirmada llegada del fenómeno “El Niño”, la sequía sigue azotando a los productores agropecuarios de todo el país. Durante el primer semestre del año, el problema climático generó pérdidas de miles de millones de dólares y sus efectos siguen perjudicando al campo argentino.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) determinó que el país ya se encuentra en presencia del fenómeno que debería aumentar las precipitaciones. Para el anuncio, se basaron en la medición de “la temperatura del océano Pacífico, que se mantuvo por encima de la temperatura umbral para este fenómeno y la atmósfera comenzó a responder a ese calentamiento”.
Pese a que sus datos les permitieron concluir que existe un 99% de posibilidades de que las condiciones de “El Niño” se mantengan durante los últimos meses del año, hay lugares del campo que siguen siendo afectados por la sequía, elevando el número de las pérdidas productivas.
Los datos de la sequía
La Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías publicó el informe correspondiente a agosto, en el que se registró que, en comparación con julio, la cantidad de hectáreas afectadas por el fenómeno aumentó en 16 millones.
A lo largo de todo el territorio nacional, son 166 millones las hectáreas que sufrieron las consecuencias climáticas. “El área en sequía severa se incrementa levemente por su crecimiento hacia el norte de la Pampa”, explicaron en el documento.
Además, la entidad concluyó que la sequía moderada logró reducirse en la zona del litoral e incrementar en la provincia de Córdoba. Esto significa que pese al aumento de las lluvias, existen zonas que no pueden recuperarse del primer semestre.
La situación en varias áreas del país
Pese a los problemas en varias provincias, Buenos Aires obtuvo buenos resultados tras las lluvias de la semana pasada. De hecho, la caída de agua logró mejorar el estado del trigo, permitiendo a los productores estimar una cosecha para la temporada 2023/2024 muy superior a la de la campaña pasada.
Lamentablemente, la situación no es igual en todo el país. Gran parte del norte argentino, por ejemplo, no logra recuperarse de las condiciones secas, la falta de humedad y las temperaturas que van en aumento tras la llegada de la primavera.
Un estudio realizado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdeC) reflejó que las condiciones sobre este producto, salvo en la zona agrícola central, “continúan afectando al cereal y comprometiendo los potenciales de rendimiento”.
Sobre esto, Luis Mogni, en conversación con Perfil, detalló que todavía existe un faltante de agua en varias zonas del oeste de Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba y una extensa parte de La Pampa. Por el momento, la sequía no terminó.