A pesar de la creencia de que el fenómeno “El Niño” iba a mejorar las condiciones climáticas y aumentar las lluvias, las precipitaciones registradas no fueron suficientes para aliviar la situación del maíz. La terrible sequía que azotó al campo durante los primeros meses del año sigue produciendo pérdidas millonarias y retrasando la siembra del grano.
Si bien la idea original era comenzar este proceso con el maíz a finales de septiembre o antes del 10 de octubre, esto no pudo completarse. Más de la mitad del terreno en que se tenía programado realizar las actividades no fue trabajado. El panorama continúa siendo crítico para los productores.
La situación de la siembra del maíz
Este grano no es el único material que se encuentra aguardando por la mejora climática, lo mismo sucede con el trigo. La escasez de humedad en los suelos puso un freno a los planes de sembrado y se está esperando por la lluvia.
En esta temporada del año, el maíz temprano suele ser un elemento vital para los trabajadores del sector agropecuario y su economía. De hecho, muchos de ellos apostaron a plantarlo en grandes cantidades, tomando como referencia el aumento de las precipitaciones que trajo “El Niño” en otras ediciones.
Esta decisión no dio los frutos esperados. Los días de esta época del año para aquellas personas que se hallan a la espera de las lluvias para sembrar se están terminando. La ventana para trabajar las tierras tiene un plazo máximo de menos de una semana.
La explicación de los organismos
De hecho, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), a través de su informe semanal, planteó que en la zona núcleo del maíz, que abarca entre otros lugares a Santa Fe, provincia en la que se ubica la entidad, solamente se implantó el 60% del total. El terreno restante abarca más de 540.000 hectáreas en total.
A su vez, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), que también forma parte de la zona núcleo, explicó que desde el 2020 que la temporada de lluvias retrasa la producción y afecta al sector agropecuario bonaerense, impidiendo llevar a cabo la siembra del maíz temprano. Tomando como referencia el año pasado, en 2023 el porcentaje de maíz trabajado es menor en 7,5 puntos porcentuales.
Además de los atrasos que produce, la falta de lluvia tiene dos consecuencias fundamentales para el campo. En primer lugar, la pérdida de millones de ingresos ya sea por falta de granos, por no cumplir con las entregas requeridas o por negocios que podrían haber surgido. En segundo lugar porque disminuye el rendimiento de las tierras.