Adelantarse a las plagas es clave para evitar complicaciones, a veces irreversibles en el desarrollo de los cultivos.
Los buenos rindes en soja vienen de la mano de una completa protección contra las adversidades a las que se enfrenta un cultivo, dentro de las cuales los insectos y el complejo de enfermedades foliares son una parte importante.
Manejar insectos y enfermedades requiere de acciones preventivas. Entre ellas, la rotación de cultivos, el uso de terápicos de semillas, la elección de fechas de siembra y la estructura del cultivo. Si pese a todas estas acciones, las plagas continúan atacando los cultivos, habrá que apelar al control químico.
El monitoreo y el control desde la presiembra son dos de las claves que te permitirán garantizar la sanidad de tus cultivos desde el comienzo.
¿Cuáles son los insectos que encienden las alertas?
En el trigo
En relación al trigo, se indica que la oruga desgranadora está actuando en algunas zonas del país. Este insecto, que come granos en estado lechoso y pastoso, no está atacando el campo en forma masiva, pero hay zonas donde está actuando.
Por lo tanto, el técnico o el productor tienen que ir a ver qué está pasando en su campo. Porque aunque el trigo no esté en las mejores condiciones, la plaga puede atacar. Si se detecta de forma temprana, el productor podrá decidir qué hacer con sus cultivos.
En la soja
En la soja, la oruga bolillera enciende todas las alertas. Para estos casos, la indicación es realizar los controles durante la presiembra y la emergencia. La oruga come brotes tiernos y tallos y, si llegara a atacar a la soja en este estadío, se complicará el estado del cultivo durante todo el ciclo.
En la cebada, la arveja, la lenteja y la colza
Los gusanos blancos gustan del trigo, la cebada, la arveja, la lenteja, e incluso la colza. Este grupo de insectos está dominado como Diloboderus abderus o “bicho torito”.
Las larvas (gusano) son las que generan daño, alimentándose de semillas, raíces y plántulas. Esto se evidencia como marchitamiento, secado y reducción del stand de plántulas, lo que provoca manchones de suelo desnudo que afectarán el rendimiento y dejarán espacio a las malezas. El primer indicio de ataque son los ‘montículos’ de tierra que dejan en el lote.