El cultivo de maní es uno de los más importantes dentro de la industría agrícola nacional, de hecho, la Argentina está entre los 10 países con mayor nivel de producción de este fruto a la vez que es líder global en exportación, ya sea de crudos (con alrededor del 15% del mercado, quedando apenas detrás de países como India) o de preparaciones (con 3.8% del mercado). Pero, ¿qué hace que el maní argentino sea tan especial? Te contamos un poco.
En Argentina, todo el maní cultivado es de tipo Runner, que presenta un alto porcentaje de ácido oleico, lo cual le da una mayor estabilidad química y organoléptica (debido a que es más resistente a procesos oxidativos). También tiene una buena proporción de proteínas y presenta un valor de calcio y azúcares totales mayor que el de sus competidores El resultado es un maní más saludable y con mayor vida útil. Este tipo de grano puede ser cultivado tanto en ciclos completos como en ciclos cortos, siempre dependiendo de los factores climáticos, la región, la fecha de siembra y demás.
La ubicación de los cultivos es clave para asegurar la calidad, el clima cálido y seco de regiones como San Luis, La Pampa, Buenos Aires y Córdoba quizás sea el secreto detrás de los beneficios alimentarios del maní local. Sobre esto, María José Martinez (investigadora del INTA Manfredi, Córdoba) aseguró: “Está demostrado que el mayor contenido de azúcares es debido a la menor temperatura ambiental en la que se desarrolla el grano de maní cultivado en la Argentina, respecto del resto del mundo”. De acuerdo a la especialista, “es la primera evidencia tangible que respalda el sabor característico del producto y constituye la base fundamental para determinar una calidad diferencial respecto del maní producido en otras partes del globo”.
A su vez, la industria cuenta con una amplia cadena de comercialización de productos con valor agregado, es decir, productos a base de maní en distintas preparaciones y con distintos niveles de procesamiento, como por ejemplo: maníes tostados, mantequilla o pasta de maní, aceites y harinas. Considerado como uno de los alimentos del futuro, el maní es un tipo de cultivo cuyo desarrollo industrial vale la pena seguir de cerca.