La tecnología se está aplicando cada vez con más frecuencia en el sector agropecuario. Por ese motivo, muchos productores optaron por invertir en sistemas de riego inteligentes que le permitan poder trabajar su terreno con un enfoque distinto. Es un proyecto costoso que puede traer muchos beneficios para los que lo apliquen.
En este sentido, en un ámbito en el que las herramientas impulsadas por IA u otro tipo de tecnologías están teniendo sus primeras experiencias, los sistemas de riego inteligentes pueden convertirse en el primer paso para la innovación en el campo. Existen varias justificaciones que avalan la implementación de esta técnica.
Los 5 beneficios de utilizar sistemas de riego inteligentes
Reducción de los costos
Si bien la implementación es cara, pasado un tiempo se vuelve más barato que realizarlo de forma manual. Esto se basa en que los riegos inteligentes tienen la capacidad de administrar el agua de forma más eficiente, disminuyendo su costo y el de la energía aplicada también.
A su vez, están entrenados para brindarle a los trabajadores del sector información acerca de la utilización del agua. Estos datos son aplicables a cómo el agricultor aplica sus técnicas a sus productos, contribuyendo a gastar menos recursos.
Adaptabilidad al cambio climático
Por su parte, con estas prácticas también se contribuye a realizar proyectos más amigables con el medioambiente. Una de sus principales formas es a través de la reducción de la utilización del agua. Los riegos inteligentes también logran modificar su forma de acuerdo a las condiciones climáticas, en especial cuando se trata de una situación extrema, como es el caso de las sequías.
Mejora calidad de los cultivos
Al proporcionar la cantidad de agua en lo que se considera el momento adecuado, los cultivos tienden a crecer y desarrollarse de manera óptima. Los sistemas de riego inteligentes también ayudan a que se reduzca el estrés hídrico de los productos, provocando que sean más resistentes a las enfermedades y a las plagas.
Aumento de la productividad
De manera similar al punto anterior, una correcta aplicación que se logra con sistemas de riego inteligentes proporciona las condiciones necesarias para favorecer el crecimiento de todos los cultivos. Eso consigue que el rendimiento sea más alto en la mayor parte de los sectores de un campo, como también reduciendo las pérdidas que se registran en la época de la cosecha.
Mayor eficiencia del agua
Ligado a los cuatro beneficios anteriores, este apartado resume la importancia de esta técnica, ya que se trata de su actividad más relevante. Al utilizar sensores para obtener datos sobre el clima, el suelo y las condiciones de los cultivos, logran determinar cuánto y cómo se debe regar. El proceso automatiza todas las operaciones, evitando que se desperdicie agua en el trayecto.