Luego de los descensos y los bajos índices en la siembra de trigo, como consecuencia de la sequía que impactó al país durante el primer semestre de 2023, se espera que los números crezcan en la temporada 2023/2024 en la cosecha de soja.
De acuerdo a un informe publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el organismo estima que, tras nueve años de retracciones, la cosecha de soja podría aumentar la producción e incluso duplicar los números obtenidos en la temporada anterior.
Según la entidad santafesina, la superficie en la que se sembrará soja aumentará un 6,2% con respecto a 2022/2023. En este sentido, el territorio útil equivaldría a 17 millones de hectáreas, frente a los 16 millones del año pasado.
En condiciones normales, de no azotar una nueva sequía y con las precipitaciones usuales, se espera que Argentina logre producir 48 millones de toneladas de soja, una cantidad absolutamente significativa en comparación de los 20 millones del año anterior, que fue considerada una cosecha desastrosa.
Cómo fue la cosecha de soja en el último tiempo
En el informe de la entidad rosarina detallaron que, durante los últimos nueve años, el grano sufrió una retracción en el área sembrada: “La superficie de soja pasó de 20,25 millones de hectáreas en el 2014/15 a 15,97 millones en el ciclo pasado”. Además, sentenciaron que “fue perdiendo a lo largo de las últimas 10 campañas el 21% del área sembrada”.
Sobre esta cuestión, la BCR concluyó que a la soja “le está pesando el estancamiento genético” y que esto se debe a que “se ha quedado atrás frente a la evolución del potencial productivo maicero». “También le pesan los problemas de malezas resistentes y los costosos controles”, añadieron en el documento.
En este sentido, explicaron que estos motivos fueron los que produjeron el descenso en la cosecha de este grano y la razón que justificó el cambio en la “matriz productiva nacional, en la que se ha sembrado menos soja y más maíz”.
Teniendo en cuenta que durante septiembre comenzará la siembra maicera, desde la entidad recordaron que no se puede utilizar todo el terreno deseado para el cereal y por eso se recurre a la soja.
Para finalizar su explicación de los motivos por los que el panorama se ve optimista, determinaron que “debido a la feroz sequía del año pasado, hay una gran cantidad de hectáreas que el año pasado no pudieron sembrarse y vuelven a estar disponibles”. “La falta de recursos financieros luego de la sequía histórica hace que termine sumándose superficie a la oleaginosa”, culminaron en el informe.