Hace 40 años, en Japón, se desarrolló una técnica de abono que tiene una gran capacidad de regenerar los suelos. Se la llama Bokashi y su uso se popularizó en el último tiempo. Por su efectividad y su simpleza, varios especialistas recomiendan aplicarla en los jardines.
Bokashi en japonés significa materia orgánica fermentada. Consiste en un procedimiento para lograr un abono orgánico en estado sólido. Esto es consecuencia de un proceso anaeróbico que logra la fermentación, agiliza la degradación de la materia orgánica y eleva la temperatura con el objetivo de eliminar los patógenos, lo que se conoce como la pasteurización.
Si bien parece similar al compostaje, esta técnica trae resultados en menos tiempo, permitiendo obtener abono entre los 12 y los 21 días después de haber realizado todo el proceso. Uno de sus máximos beneficios es que se puede adaptar a distintas regiones, a sus fauna y a su flora, ante la falta de ciertos elementos.
La historia del Bokashi
A pesar de haber sido inventado en el continente asiático, su popularización se produjo en Costa Rica. En un encuentro que se llevó a cabo en el país americano, representantes japoneses enseñaron la técnica y lograron captar la atención de los especialistas que asistieron al evento.
Pero para llegar a este punto fue esencial el trabajo de Teruo Higa, de la Universidad de Okinawa. El investigador comenzó a desarrollar alternativas naturales para la fertilización de los suelos, algo que lo preocupaba al estudiar los compuestos químicos que se utilizaban. En los primeros cinco años no logró ningún avance significativo.
El cambio se produjo cuando juntó restos de varios experimentos en un balde. “Yo no quería desperdiciar esos restos, entonces los mezclé con un poco de tierra y grama. A los pocos días el cambio de la tierra fue notable”, declaró en una entrevista al Japan Times. “Entendí que entre mayor la población de microorganismos, mejor el ecosistema donde actuaba”, señaló.
Cómo realizar el método Bokashi
Para llevar a cabo la técnica se necesita seguir cinco simples pasos:
- Inocular la materia orgánica con las bacterias. Esto convertirá una parte de los carbohidratos en ácido láctico.
- La materia orgánica será preservada por el ácido a través de un proceso de fermentación anaeróbica. Esto se mantiene por más de una semana hasta que esté lista.
- Al completarse el proceso se aplica en el suelo.
- Cuando hay agua presente, como en el caso de la tierra, el ácido láctico se disocia para convertirse en lactato. Este es un portador de energía que se utiliza para atravesar las membranas celulares.
- Gracias al lactato, la conserva es consumida por la vida autóctona del suelo, principalmente por las bacterias. Una vez que se van, las lombrices empiezan a trabajar en la tierra. Así es como el terreno adquiere una capacidad regenerativa que favorece su biodiversidad gracias al Bokashi.