Las técnicas de agricultura existen desde los principios de la humanidad, ya que se tratan de estrategias que sirven para la producción de alimentos. Es por eso que muchos de los métodos que hoy se utilizan tienen cientos de años de historia y fueron perfeccionándose gracias al avance científico y tecnológico.
Y para realizar estas prácticas no hay que ser un experto en la materia, sino seguir una serie de pasos que permiten mejorar la eficacia de la producción en un campo o en un huerto. Por esa razón aquí te presentamos un listado con tres técnicas de agricultura que todo el mundo puede implementar en sus jardines.
3 técnicas de agricultura
Mulching
Considerado como un método sencillo de alta efectividad para trabajar los cultivos, el mulch es una práctica que tiene como finalidad cubrir los suelos con restos de verduras tritutaradas o con paja, de modo de provocar residuos de cultivos previos. Su principal beneficio es que ayuda a conservar mejor la humedad y regula la temperatura de la tierra.
Además de estas dos características, también es bastante útil a la hora de mejorar la calidad de los suelos a largo plazo porque incrementa la cantidad de materia orgánica, evitando que se reproduzcan las hierbas malas. Su gran beneficio es que puede aplicarse en los grandes campos como en los jardínes de las casas de la ciudad.
En cuanto a los materiales que pueden ser utilizados como mulchings orgánicos, cabe destacar que existen una amplia cantidad de ellos, ya que se puede aplicar cosas tan diversas que van desde la corteza triturada hasta el serrín, aunque lo más efectivo son las verduras. Todos se encuentran en los residuos habituales de los jardínes.
En definitiva, el mulching es una de las técnicas de agricultura que mejor pueden catalogarse dentro de la horticultura ecológica, ya que se crea una capa de material vegetal triturado en el suelo. Es una buena alternativa para quienes deseen ahorrar tiempo pero también dinero, ya que es una alternativa a otros productos.
Finalmente, acerca de su funcionamiento, es relevante mencionar que actúa como una manta, de modo que el agua se almacena con mayor eficacia en el suelo, evitando que la tierra se seque de forma veloz. Es de gran ayuda también para que las plantas crezcan cuando las temperaturas son muy bajas. Y si las lombrices se comen la materia vegetal forman abono natural.
Método Fukuoka
La segunda de las tres se caracteriza por apostar por una agricultura orgánica en la que los pesticidas y los abonos químicos no son necesarios. Este es uno de los principios esenciales del Masanobu Fukuoka, inventor de la técnica, quien considera que esta tarea es un punto de armonía entre los seres humanos y la naturaleza.
Cabe destacar que Fukuoka apuesta por una de las técnicas de agricultura más amigables con el medioambiente, ya que considera que los suelos no deben ser arados (una regla fundamental para aplicar su método). Esta norma se justifica en que daña los terrenos pero también modifica sus estructuras.
Además, existen otras reglas además del impedimento de no arar la tierra, como no podar, no eliminar las hierbas malas, no dar vuelta la tierra con una pala y no utilizar abonos, fertilizantes ni pesticidas. También la siembra se debe aplicar utilizando bolas de arcilla, de modo que se pueda realizar una reproducción realista de las condiciones naturales.
De hecho, quienes aplican esta estrategia están siguiendo un principio taotista basado en que no se deben forzar las cosas, una idea que se traduce a no intervenir en la naturaleza para obtener una mejor producción. Esto incluye no acelerar los ciclos de la naturaleza, respetando sus tiempos, aún si el terreno tiene un aspecto desértico durante el primer año que se trabaja de esta manera.
A diferencia de otras técnicas de agricultura, esta consiste en realizar una mezcla de las semillas por dentro con bolas de arcilla de menos de dos centímetros y distribuirlas a lo largo de la huerta o el campo. Esto será de gran ayuda porque sirve para defender la tierra de los animales y de las condiciones climáticas más intensas. La primera lluvia las deshará, posibilitando que broten.
También se puede incluir un poco de compost a las bolas de arcilla. Para esto se puede aplicar semillas de tomate, algo que sirve para acelerar la germinación y para que el ecosistema en el que crezcan esté más protegido.
Los jardínes aztecas
La tercera de las técnicas de agricultura del listado se remonta al tiempo de los Aztecas, que utilizaban un peculiar método que consistía en crear una especie de islas flotantes para cultivar sus alimentos y sus plantas. En la actualidad pueden utilizarse en los patios de las casas de ciudades urbanas.
Se trata de campos elevados que se construyen a partir de la cava de canales en los que se amontona la tierra sobre plataformas, un método que se ha replicado de manera similar en varios países de América del Sur, así como también África o Asia. Para su funcionamiento se necesita que el agua suba a través de la acción capilar a las raíces de las plantas.
De este modo, los jardines son una de las técnicas de agricultura que se presentan como alternativas para reducir la demanda de riego, permitiendo rotar los cultivos hasta siete veces en un año. Entre sus beneficios ecológicos se destaca que capturan los gases de efecto invernadero, disminuyendo la emisión a la atmósfera, lo que también contribuye a fomentar la biodiversidad.
Según algunas investigaciones, esta es una de las técnicas de agricultura sostenibles más productivas jamás inventadas, en especial porque se pueden utilizar en áreas urbanas. Quienes apliquen esta técnica lograrán un mejor drenaje, aireación del suelo y retención de la humedad durante las estaciones más secas, además de incrementar la fertilidad de los suelos.