La Bolsa de Comercio de Rosario, que hasta el mes pasado proyectaba una siembra de trigo de tan sólo 4.9 millones de hectáreas, recientemente confirmó que, tras las precipitaciones traídas por el fenómeno climatológico “El Niño”, las hectáreas de siembra serían 5.6 millones, lo cual implica la recuperación de aproximadamente 700.000 hectáreas para el cultivo.
Hasta el mes pasado, la Guía Estratégica para el Agro (GEA), departamento que forma parte de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), sostuvo una hipótesis de siembra de trigo de 4.9 millones de hectáreas, un millón (o un 17%) menos que las 5.9 millones de hectáreas del ciclo 2022/2023. Ahora bien, hacia finales del mes de mayo se dieron una serie de precipitaciones fuertes que lograron cambiar el perfil hídrico de los suelos afectados por la sequía, lo cual implicó un giro en la tendencia previamente señalada por el GEA: las estimaciones actuales datan de 5.6 millones de hectáreas disponibles para la siembra de trigo, sólo un 5% menos que las empleadas en el ciclo anterior.
Al respecto, GEA resumió: “Por la falta de agua, la siembra de trigo argentina 2023/2024 pudo haber estado entre las más bajas de la década. Sobre el límite y contra las estadísticas, las lluvias del final de mayo salvaron la siembra de trigo”. Por su parte, la BCR declaró: “trazando un escenario productivo con 200.000 hectáreas que no lleguen a cosecha y un rinde de 30 quintales por hectárea (promedio redondeado de las últimas 5 campañas argentinas), Argentina podría producir 16.2 millones de toneladas, lo cual implicaría un crecimiento del 40% respecto a las 11.5 millones de toneladas del último ciclo”.
Es importante aclarar que el nivel de optimismo no es el mismo en todo el territorio nacional: la franja oeste de la región pampeana (oeste de Buenos Aires, La Pampa y Córdoba) sigue afectada por la falta de lluvias, lo cual compromete que en aquellas zonas se pueda cumplir con los planes trigueros. Compensan Entre Ríos, centro y este de Santa Fe y el núcleo triguero del sudeste bonaerense, que sí pudieron recuperar las condiciones hídricas del suelo como para incrementar el área de siembra.