Desde la devastadora crisis de fiebre aftosa que golpeó a la Argentina en 2001, el país ha avanzado significativamente en la erradicación y el control de esta enfermedad. En épocas en las que varios de los laboratorios productores salían del país en busca de mercados más estables y rentables, Biogénesis Bagó asumió el liderazgo.
Hoy, con más jugadores en el mercado como CDV que en 2015 anunció una inverisón de 40 millones de dólares para su producción, y un status sanitario estable, la fiebre aftosa vuelve a estar en el foco por el intento de ingresar una vacuna con protección para la mitad de las cepas, poniendo en riesgo al sector ganadero y debilitando la posición de Argentina en los mercados internacionales.
La lección de 2001: un antes y un después
La crisis de 2001 marcó un punto de inflexión para la sanidad animal en Argentina. Los daños económicos y productivos derivados de la fiebre aftosa subrayaron la importancia de una estrategia de vacunación robusta y consistente. En ese contexto, Biogénesis Bagó asumió un papel central, convirtiéndose en el principal proveedor de vacunas y liderando el esfuerzo para evitar futuros brotes.
El esquema de vacunación adoptado, basado en una dosis tetravalente, ha sido fundamental para el éxito del programa sanitario. Aunque en la actualidad no se registra circulación viral, mantener este esquema preventivo sigue siendo crucial para evitar brotes que pondrían en riesgo las exportaciones y el prestigio sanitario del país.
Un negocio estratégico y controvertido
El mercado de las vacunas antiaftosa en Argentina mueve cifras significativas, con la aplicación de cerca de 75 millones de dosis anuales. Si bien el esquema actual ha sido cuestionado por algunos actores del sector, como Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina, la mayoría de las entidades ganaderas prefiere mantenerlo. Este enfoque garantiza no solo la protección sanitaria sino también la estabilidad de las relaciones comerciales internacionales, un elemento clave para un país cuyo ganado es reconocido por su calidad en todo el mundo.
La innovación bajo escrutinio
Recientemente, el mercado ha sido escenario de tensiones competitivas. Tecnovax, un competidor emergente y con posición monopolica en vacunas como la de encefalomielitis equina, introdujo vacunas producidas en Brasil a menor costo, lo que provocó un enfrentamiento con Biogénesis Bagó y con las principales autoridades sanitarias, que sostienen la importancia de la vacuna tetravalente, ya que la bivalente expone al p{is a brotes de dos cepas. Este conflicto pone de relieve la necesidad de garantizar que cualquier cambio en el mercado de vacunas mantenga los estándares técnicos y regulatorios que sustentan el prestigio sanitario de Argentina.
El futuro: desafíos y continuidad
La continuidad del esquema de vacunación tetravalente y el cumplimiento estricto de los requisitos técnicos para las nuevas vacunas son esenciales para preservar el status sanitario alcanzado. En este sentido, Biogénesis Bagó y CDV, con su experiencia y compromiso, siguen siendo actores clave en la protección del ganado argentino.
Mientras el sector enfrenta desafíos competitivos y regulatorios, la prioridad debe ser siempre la salud animal y la reputación internacional del país. Argentina no puede permitirse retroceder en los avances logrados desde 2001, y los laboratorios que producen la vacuna en el país seguirán desempeñando un rol esencial en este esfuerzo colectivo.
El apoyo de los laboratorios
Los laboratorios nucleados en la Cámara Argentina de Biotecnología (CAB) observaron con estupor los ataques de Tecnovax a sus competidores, no en el mercado de las vacunas contra la aftosa (donde recién ahora logró ingresar el primer lote) sino en los medios de comunicación, donde lanzó virulentas acusaciones. Ante este comportamiento, llamaron la atención del laboratorio desde su Comité de Ética y Disciplina posteriormente decidieron su expulsión, por no respetar el espíritu de camaradería y trabajo mancomunado como Cámara, persiguiendo solamente sus intereses particulares.