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Cómo son las “cerezas electrónicas“ desarrolladas por el INTA

Las cerezas electrónicas tienen el objetivo de disminuir las pérdidas de las frutas por golpes o descuidos después de la cosecha.

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) acaba de desarrollar unas cerezas electrónicas que tienen como objetivo incrementar la calidad de estas frutas, a través de un procedimiento que permite conocer cuáles son las zonas en que se golpean. La finalidad máxima es que se puedan exportar por un precio mayor a más mercados.

De hecho, las cerezas electrónicas buscan mantener un valor comercial (en la actualidad estos frutos se exportan por un precio medio de 4 dólares por el kilo, según la Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados (CAPCI). Sin embargo, los agricultores detrás de esta actividad a veces sufren las consecuencias de las caídas y los golpes.

Cómo son las cerezas electrónicas desarrolladas por el INTA

Andrés Moltoni, que es integrante del Laboratorio de Agroelectrónica del INTA, explicó qué la invención tiene como finalidad reducir al máximo los daños que se producen en los frutos cuando se los está empacando o durante el traslado final. “Desarrollamos una cereza electrónica con sensores que recorre los procesos junto al resto de las frutas y reporta los movimientos y golpes que reciben las frutas”, detalló.

En cuanto a su composición, las cerezas electrónicas se caracterizan por tener dimensiones y un peso acorde a las distintas variedades de los frutos que se cultivan en Argentina. Además, la superficie de su dureza también se ideó en base a las características para poder recrearlas de una manera precisa.

En algunas ocasiones, cuando las cerezas se golpean, los daños recién se notan tres semanas después. Esta tecnología busca disminuir el impacto de las caídas.

De hecho, el especialista del INTA remarcó que, en muchas ocasiones, durante los procesos de empaque y traslado de las cerezas, estas se caen o sufren golpes que perjudican su valor comercial, en especial porque se nota con la vista que la superficie está dañada. Este proceso recibe el nombre, en inglés, de pitting.

Según las estadísticas del organismo, se pierden alrededor del 5% de las cerezas por pitting. Es por eso que la aplicación de esta técnica busca disminuir el porcentaje. De hecho, con una toma correcta de decisiones, se podrían reducir los daños en un 50%, que se corresponde con el 2,5% del total que se exporta. Esta cifra equivale a 180 mil kilogramos, que tienen un valor estimado de 720 mil dólares.

Las primeras pruebas con las cerezas electrónicas

Liliana San Martino, que también integra el INTA, compartió un dato preciso sobre las pérdidas que genera el pittin: “Las pérdidas por pitting en las plantas de empaque pueden oscilar entre un 10 y un 40 %, según ensayos recientes del INTA”. Esto se debe a que estas frutas son muy delicadas y las consecuencias de un descuido pueden notarse recién tres semanas después de haber sufrido un daño.

Además, reveló que se realizaron las primeras implementaciones de esta tecnología y los resultados fueron positivos. Esto fue evidente en la calibración de las máquinas transportadoras en las plantas de empaque, donde los saltos que les provocan a las frutas las dañan.

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