Dentro de todas las prácticas de la ganadería que se realizan en el mundo es posible establecer una división entre dos formas de realizarla: la intensiva y la extensiva. Esto implica una diferencia más que relevante en el modo en que se gestionan los recursos dentro de un campo, por lo que es importante no confundir ambas estrategias.
Pese a que a veces puedan confundirse ambas prácticas de la ganadería porque sus nombres son semejantes, hay diferencias en la forma en que se afrontan todos los procesos con los animales y los recursos, algo que implica el modo en que se los alimenta. Además, uno de los métodos tiene más beneficios para el medioambiente que el otro.
Cuáles son las diferencias entre la ganadería intensiva y la extensiva
La alimentación
Este factor es uno de los más importantes para separar ambas estrategias. Esto se debe a que la extensiva utiliza los recursos que se encuentran en el territorio a partir del pastoreo, mientras que la segunda suele preferir la comida que se adquiere generalmente a partir de la producción industrial, en especial los granos.
Esto se debe a que este tipo de alimentación de productos industriales garantiza una mayor efectividad que, por ejemplo, las vacas se alimenten de los pastos. Según varios expertos estos procesos también requieren mayor impacto ambiental por todos los traslados del transporte y otros factores.
El terreno y cómo se lo trabaja
Uno de los aspectos que define a la ganadería extensiva es que depende del ecosistema natural que lo rodea y las condiciones climáticas de la región. Es por eso que tiende a utilizar praderas y superficies con mucho pasto (vital para la alimentación), que además no se trabajen para la producción agrícola.
De modo contrario, la ganadería intensiva tiene la característica de poder desarrollarse en cualquier lugar en el que estén las condiciones edilicias para instalar un determinado grupo de animales. Es por esta razón por la que se crían bovinos que den un alto rendimiento cárnico, al menos esto es lo más usual.
Ecología
La última de las tres características que diferencian a estos dos modelos de la ganadería se relaciona con que la extensiva tiende a ser más amigable con el medioambiente, ya que la mayoría de las prácticas son sostenibles y favorecen el cuidado de los hábitats en los que se trabaja. A su vez, cabe destacar que requiere de una mayor mano de obra.
Esto se debe a que la otra alternativa tiene un proceso más mecanizado en el que no es necesaria la colaboración de tantas personas. Esto, de todas formas, depende de la situación de cada campo.
Cabe destacar que esto no siempre se cumple de igual manera y que hay prácticas intensivas que son muy cuidadosas con el medioambiente y viceversa con las extensivas. A su vez, hay puntos intermedios de ambas, que alternan los dos procesos y que se las califica como “semi”.